yuselinaaa
Entre sus libros, su gato y el silencio, Dirtsa lo tenía todo bajo control.
Hasta que algo empezó a moverse sin permiso.
O alguien.
Una taza tibia que nadie usó.
Un cuaderno escrito en una lengua que ama pero no domina.
Páginas marcadas, ropa desplazada, frases que parecen haber sido escritas para ella... y esa sensación de que ya no está sola, aunque la puerta siga con doble seguro.
Dirtsa quiere creer que todo tiene una explicación lógica... que es el estrés, la rutina, su imaginación.
Pero el silencio en su departamento ha cambiado.
Ya no la abraza. La observa.
Y mientras todo se desordena, hay algo claro:
lo que está por pasar... ya empezó