TooMuchLizzie
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No solo compartían iniciales en distinto orden, ni solo coincidían como compañeros de equipo en categorías diferentes.
Terminaron compartiendo algo más profundo, algo que nació con la misma velocidad con la que un F1 atraviesa una recta... o incluso más rápido.
Tan rápido que ninguno lo vio venir.
¿Qué pasa cuando los polos opuestos se atraen?
Bueno... podrían preguntarle a ellos dos: a un australiano y a un mexicano.
Aunque, siendo sinceros, es probable que ni ellos tengan la respuesta.