Jugando con fuego
Cuando Itachi Uchiha abrió la puerta no pudo evitar fijarse en los increíbles ojos, la sensual boca, y el maravilloso cuerpo de su visitante. Tampoco pudo evitar ver... ¡que estaba loco! Su nuevo vecino, un excitante rubio, lo acusaba de destrozar a su amigo, y juraba que se le acabarían los ligues... ¡él misma los e...