DA10912
Imagina estar harto de todo y de todos, a tal punto de no querer vivir. De pronto, llega quien parece ser tu salvación; tu ángel disfrazado de persona, llegando armado con una sonrisa encantadora y unos ojos azules que penetran e iluminan hasta lo más oscuro de ti.
Suena como algo que te haría completamente feliz.
Nakahara Chuuya; un panadero lleno de secretos, con el alma rota de tanto callar, sin nunca atreverse a avanzar.
Osamu Dazai; príncipe de alta sociedad. Un mar de intriga y sonrisas fingidas, y unos ojos tristes que te hacen dudar.
Dos ojos tienen ambos, y ninguno de ellos cuenta con la capacidad de ver hacia delante. Ambos aferrándose a antiguas heridas y corazones rotos que no los dejan mirar más allá de lo cruel. Aunque claro, de manera diferente.
La pregunta es; ¿Pueden dos almas rotas repararse a sí mismas mientras todo el mundo estalla en llamas? ¿O simplemente no funcionan juntas y ya? El Yin y el Yang dicen que dos almas diferentes funcionan a la perfección. Asimismo lo dice la física, pero la cosa te hace dudar cuando las matemáticas dicen que los opuestos se repelen.
Habría que ser muy valiente para saltar a averiguarlo, aunque también te pueden empujar para que no tengas tanto miedo de hacerlo.
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- Fanfic Soukoku.
- Las imágenes que aparecerán en esta historia no son mías, asimismo la imagen de la portada tampoco, créditos a sus respectivos dueños.
- Historia original. Cualquier parentesco con historias ajenas es mera coincidencia. A excepción de "Indigno de ser humano", y otras obras de ambos autores.
- Publico esta cosa solamente porque prometí algo a un grupo de monos y yo soy un hombre de palabra.
Sin más, espero disfruten de la lectura.