AshleyMoa
Desde que eran niños, Lando Norris y Max Fewtrell habían sido inseparables. Desde karts hasta risas nocturnas en videojuegos, vivían como una pareja sin etiquetas. Compartían apartamento, comida, ropa... y hasta cama cuando el miedo o la tristeza atacaban. Todo el paddock bromeaba con que Max Fewtrell era el WAG oficial de Lando.
-¿Y tú qué, Fewtrell? ¿Ya te pusiste celoso de Verstappen otra vez? -bromeaba Daniel.
-¿Otra vez? ¿Cuándo lo ha dejado de estar? -añadía Carlos entre carcajadas.
Pero la broma se volvió peligrosa cuando Lando empezó a sonreír distinto. Ese brillo en los ojos tenía nombre y apellido: Max Verstappen.
Un nuevo "Max" había entrado a la vida de Lando. Uno más agresivo, más directo... y muy territorial.
-Yo soy el verdadero Max para Lando -decía Verstappen con una sonrisa altiva-. No soy solo el número uno en la pista... también en su corazón. Yo soy MI Lando.
Esa frase fue el punto de quiebre.
Max Fewtrell no dijo nada en el momento. Solo se le notó la mandíbula apretada, los nudillos blancos por la fuerza con la que sujetaba su vaso. Nadie lo tomó en serio. Hasta que lo hizo.
Esa misma noche, después de una cena del equipo, Lando se despidió de todos con una sonrisa y giró para irse con Verstappen... pero nunca llegó.
-¿Dónde está Lando? -preguntó Max V, molesto.
-Se lo llevaron -respondió Oscar entre risas, mientras veía una historia en Instagram: Max Fewtrell cargando a Lando como un saco de papas mientras él reía a carcajadas, golpeándole la espalda.
-¡MAX! ¿¡QUÉ HACES!? -gritaba Lando, aunque no parecía que quisiera bajarse.