Laurelin_94
Toda persona merecía un instante de paz, como los sobrevivientes de la Legión, cuyo anhelo de cruzar las murallas se vio cumplido. Finalmente habían llegado al mar, se permitieron liberarse; pero Jean no podía. Su rostro tranquilo trataba de esconder la revolución de sus emociones, cada vez que miraba a Mikasa: su motivación, la mujer a la que deseaba confesarle sus sentimientos.