Lucas siempre ha sido reservado, alguien que sonríe aunque por dentro lleve cicatrices que aún arden. Marcos, en cambio, es extrovertido, acostumbrado a llenar los silencios con risas y compañía. Ninguno buscaba enamorarse, y mucho menos entre pasillos de universidad y trabajos acumulados. Pero un encuentro en un ascensor basta para encender algo distinto. Entre miradas que se esquivan, conversaciones que pesan más de lo que dicen y miedos que ambos arrastran del pasado, descubrirán que el amor no se construye en un instante, sino en cada elección, en cada duda y en cada palabra que se atreven -o no- a decirse. Esta es la historia de dos chicos que, sin esperarlo, se encuentran justo cuando más lo necesitaban. Una historia de nervios, deseo y ternura, donde el verdadero reto no es enamorarse, sino aprender a quedarse.

«Te va destruir de la manera más bella y, cuando se vaya, finalmente entenderás porque los huracanes tienen nombres de personas.» -Mario Benedetti.