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En la penumbra de la noche, donde las luces del circuito ya se apagan y los ecos de los motores se desvanecen, Lando Norris se convierte en algo más que el piloto que conocemos en la pista. Detrás de su sonrisa traviesa y su actitud relajada, hay un hombre lleno de misterios, deseos ocultos y una pasión arrebatadora que solo unos pocos tienen el privilegio de descubrir.
La seducción en sus ojos es palpable, un reto constante entre la atracción y el peligro. El calor que se crea cuando sus manos rozan la piel ajena es como el rugido de su motor, fuerte, imparable, arrasador.
En su mundo, las reglas son simples: no hay límites cuando el deseo se apodera de ambos. Las sombras de la noche se vuelven cómplices, y los susurros son los únicos testigos de lo que ocurre cuando la pasión y la oscuridad se entrelazan.
Pero no todo es tan fácil: en este juego de seducción,