Con 7 años mis padres se divorciaron y mi madre adoptó a la que ahora es mi hermana. Tenemos la misma edad y casi crecimos juntas. Somos como la noche y el día, casi lo opuesto, pero por una vez en la vida teníamos que coincidir en algo: nos gusta en clase el mismo chico.
La vida de Victoria González es un desastre. Es una mamá osa protectora que boxea de noche y sirve mesas de día y, aun así, apenas puede llegar a fin de mes. Lo que menos necesita es un guapo y sexy inspector vigilando su trasero a cada paso, menos aún desde que su mayor miedo a regresado a su vida. Sus amigos y fam...