Contigo Hasta La Muerte (Completo)
De repente, la omisión gestada cambio de curso. El apolíneo detrás de mí envolvió mi cintura con sus fuertes brazos jalándome hacia él. Mi cuello fue como un lienzo y sus labios como el cerdamen de un pincel ya que dibujó ahí, a su antojo, círculos, sus embestidas me lo decían; era fácil de descifrarlo. —Te quiero, C...
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