Obsesionarse con un diario ajeno no es la mejor de las ideas, mucho menos cuando está creado para que lo encuentres. Quien sea la persona que lo haya escrito, sabía que Sherlyn lo encontraría y, por consiguiente, leería. Pero eso no es todo, pues le ha encomendado una extraña misión: que la encuentre. Sherlyn Belou luce como alguien que oculta un secreto, y aunque muchos de sus admiradores creen poder descubrir cuál es, ella nunca les presta atención. Ahora, su inquieto compañero con complejo de superhéroe lo ha descubierto y juntos intentarán descubrir quién es el propietario del diario. BORRADOR. Todos los derechos reservados.

Ella no es más que una prisionera dentro de las mazmorras del palacio de los Lacroix, la única sobreviviente de una familia de traidores. Él es un príncipe, es realeza, el heredero. El que conoció lo que es una mujer gracias a las concubinas del palacio, y también aprendió que mirar a una sola mujer es una pérdida de tiempo. Su vida ha pasado entre espadas, libros y política. Pronto deberá casarse con una chica que no conoce, pero que fue preparada para llenar el puesto. Las familias ya han dado el "sí" ¿Qué pasa cuando su mejor mejor amigo y soldado se ve involucrado con la indigna chica de las mazmorras? ¿Y que pasa cuando este príncipe de hielo, intenta deshacerse de aquella distracción para proteger los intereses de su mejor amigo, sólo para caer en ella? Un juego de poder, mentiras, deseos y corrupción esta a punto de caer sobre cuatro chicos del siglo XVIII Con la Santa Inquisición cobrando cada vez más fuerza. Con las torturas a la orden del día. Con las mujeres siendo colgadas por adúlteras o quemadas por brujas. Y con unos ojos color violeta que jamás debieron haber mirado a los azul turquesa de aquella chica.

La casa Wisteria es un centro de salud mental y desintoxicaciones. Ahí los especialistas que nos tratan nos dividen por colores para poder ubicarnos y designarnos a las distintas actividades, tratamientos y terapias que se supone que existen y funcionan para reinsertarnos exitosamente dentro de la sociedad. Es un sistema bastante simple en realidad, este viene en forma de colocar listones de distintos colores alrededor de nuestra muñeca. Son gruesos e inmediatamente los puedes notar si tomas en cuenta que siempre estamos vestidos en una especie de pijama blanco. Los colores funcionan así: Listón amarillo: para los que vinieron a superar alguna adicción y buscan desintoxicarse. Listón azul: para los que tenemos algún trastorno psicológico que puede tratarse con terapias hasta desaparecer. Yo tengo trastorno obsesivo de la personalidad, así que llevo uno de estos. Listón naranja: para los que tienen algún trastorno alimenticio como anorexia o bulimia... también tengo uno de estos y sí, se pueden combinar, casi hasta formar tu propio arcoíris. Listón rojo: para los que tienen alguna enfermedad de carácter orgánico, es decir, algo en su sistema nervioso que jamás saldrá con terapias pero que cuyos síntomas disminuyen con los medicamentos, como: esquizofrenia, demencia, Alzheimer, entre otros... Listón verde: para los que han tenido algún brote psicótico que se desencadenó de cualquiera de los padecimientos anteriores. Listón negro: para los que han sido agresivos, así que generalmente están aislados del resto de nosotros y los especialistas se les deben acercar con sumo cuidado. Muchas veces están sedados. Pero hay algo que no me cuadra... y que no deja de perturbarme pero también de causarme curiosidad. ¿Por qué hay un paciente que tiene un listón blanco? ¿Y por qué cada vez que pregunto nadie me dice nada? Trataron de venderme la idea de que ese color aquí no existe pero yo sé lo que vi.

En un mundo donde un zorro puede dar una orden, y una lechuza puede hacer que esa orden sea olvidada. Donde una serpiente puede vestirse de la piel de cualquiera, pero una mariposa puede hacer que ningún disfraz importe. Y donde un gato puede moverse a través de las líneas del tiempo, pero un Cuervo puede devorarle el alma engullendo sus ojos, y cortar de tajo todas sus posibilidades. En ese mundo hubo un chico que amó ciegamente a una chica porque creyó que ella no era uno de esos monstruos. Y luego vió como se convertía en el más temible de todos. Helena Candiani está desaparecida, y hay una enorme recompensa para el que traiga su cabeza. Lo único que se sabe de Deimos, es la sangrienta carnicería que deja ahí por donde pasa. Y Alan se ha convertido en la más grande atracción del Coliseo de las Bestias, a no ser claro, que decida entregar él mismo la cabeza del objeto de sus más grandes, y también más oscuras, pasiones. La Iglesia está decidida a recuperar su poder y poner orden, después de todo, no fue cosa fácil que tres de sus bestias cayeran en Hypnos, todas a la vez. Alan se alimentó por primera vez y perdió la razón y casi la vida, protegiendo el cuerpo frío que tenia en los brazos. El Hypnos de la serpiente Deimos lo llevó por un camino sin retorno. Y los ojos que se abrieron no fueron los negros y profundos de Helena Candiani, pero tampoco los amarillos y bestiales de el gato que se hacía llamar Alondra. El Cuervo hizo su movimiento en el tablero, y ha coronado a una reina: La reina de las manecillas.