Al fin y al cabo, no somos más que canciones

Dos personas distintas. Dos países distintos. Dos vidas distintas. Carolina decide cometer la mayor locura de su vida a espaldas de su familia. Tras empezar a vivir una nueva vida, tiene varios encontronazos con un joven que le resulta de lo más exasperante. El destino, siempre caprichoso. ~ AVANCE FRAGMENTO ~ Todo es maravilloso: el vino, Nathan, la comida, el vino, Nathan, la música, el vino, Nathan,... [...] Lo llevo de la mano fuera del apartamento, camino por el jardín hasta el borde de la piscina. Entonces suelto a Nathan de la mano y me desprendo de mi ropa. [...] Disfrutamos del agua y su calidez. Nadamos. Reímos. Creo que nunca he estado tan relajada. Puede que sea por el alcohol. Pero mi corazón me dice otra cosa. Pierdo el hilo de mis pensamientos cuando me doy cuenta de que Nathan se acerca a mí. [...] Me agarro a sus fuertes brazos. Es tan guapo. [...] Con la mayor lentitud posible va acercando sus labios a los míos. La espera se me hace eterna. Y cuando siento que me voy a desmayar sucede.

Lena llega a un nuevo instituto a mitad de curso con un plan muy claro: cerrar sus heridas, pasar desapercibida, centrarse en sus estudios y aprovechar la beca que le han concedido y mantenerse alejada de las dinámicas de poder y los dramas. Pero cuando entran en escena Adrik y Eric, dos perfectos polos opuestos, descubrirá que cualquier decisión puede arder con facilidad si le echas gasolina. Una vez envuelta en un mundo de secretos, poder, velocidad y deseo, ¿será capaz de seguir con su plan o su corazón elegirá el camino más peligroso? ¿Conseguirá su pasado destruir todo lo que ha conseguido?

El lugar donde desahogar el caos que pasa por mi mente