EL HILO ROJO DE NUESTRO DESTINO LA OCTAVO PECADO CAPITAL (Meliodas y Tú)
Las personas predestinadas a conocerse se encuentran unidas por un hilo rojo atado al dedo meñique. No hay asunto más complicado que el amor. Si las cosas salen mal, darás mil y un vueltas a todo lo que ha podido influir en que la situación haya terminado de esa manera