in_your_mind
A veces creo que la vida es una especie de juego cruel, nos da un motivo para sonreír y, en el instante siguiente, nos arrebata todo lo que nos hacía felices. Crecemos pensando que podremos controlarlo todo, que si nos esforzamos lo suficiente nunca caeremos... pero el destino siempre encuentra la forma de demostrarnos lo contrario. Nada es completamente nuestro; ni siquiera lo que amamos con todo el corazón.
He conocido la soledad más fría y también la calidez del amor que jamás imaginé sentir. He visto cómo los días más oscuros se transforman en esperanza, y cómo esa misma esperanza puede convertirse en dolor. La vida no pregunta si estamos listos para cambiar, simplemente lo hace. Nos arrastra, nos rompe, nos moldea... y al final, seguimos respirando como si entender eso fuera suficiente para seguir adelante.
Hay caminos que nunca planeamos recorrer, decisiones que no sabemos si son correctas y encuentros que parecen imposibles. Pero aun así ocurren. Tal vez el destino no sea una condena... tal vez sea solo una forma de guiarnos hacia aquello que necesitamos, aunque al inicio no podamos reconocerlo. Porque incluso en la desgracia más profunda, siempre existe una chispa que insiste en encenderse. Y esa chispa, aunque duela, es la prueba de que sigo vivo...