𝐸𝑞𝑢𝑖𝑛𝑜𝑐𝑐𝑖𝑜 𝑒𝑠𝑐𝑎𝑟𝑙𝑎𝑡𝑎
«¡No voltees! No lo hagas, no te gires. No mires esos ojos deslumbrantes como el sol, dorados como el oro. No lo hagas, mi niña adorada; sigue tu camino, no tropieces, no corras. Cuando llegues a casa, solo agradece; dile que agradeces que te acompañará... y solo así, solo de esa manera, el terrible piel plata no tend...