Ahyeon y Rora tenían todo lo que cualquiera desearía: novias leales, relaciones estables, amor sin dramas... hasta que se conocieron. Lo suyo empezó con risas inocentes, miradas que se quedaban un segundo de más y salidas que no tenían nada de casuales. Una noche de copas bastó para romper todos los límites. Desde entonces, fueron amigas de día... y amantes de noche. Pero el verdadero secreto no era lo que hacían a escondidas, sino lo que sus novias ocultaban desde mucho antes. Cuatro chicas. Cuatro corazones traicionando y siendo traicionados. Y un amor prohibido que arde cada vez más fuerte. Porque a veces, lo que está mal... también puede sentirse perfecto.

Nuestro destino era estar juntas, solo que todavía no era el momento. "Rora, yo me enamore de ti desde el día en el que te conocí. Hace cinco años" dijo Ahyeon, mientras miraba a su mejor amiga, quien no decía nada. "Solo quería decirte esto ahora, por que se que si me iba sin decírtelo, me iba a arrepentir, yo sé que a vos estás enamorada de Asa" dijo Ahyeon, mientras le trataba de dar una sonrisa a su mejor amiga. "Tu fuiste la única que estaba ahí, cuando nadie estaba, yo sé que tú me quieres, pero no de la forma en la que yo te quiero" Ahyeon trago saliva antes de decir lo siguiente "Espero que seas feliz, con quién sea que vayas a estar, te prometo que en un futuro, nos vamos a reencontrar" dijo Ahyeon, para después salir de ahí, antes de salir y ver por última vez a Rora que tenía la mirada perdida.

Royeon

Rora y Ahyeon se conocen en la universidad. Desde el principio, Ahyeon destaca por su carisma y personalidad extrovertida, lo que fascina a Rora, quien es mucho más reservada y callada. Ahyeon es cálida y atenta con ella, lo que hace que Rora empiece a abrirse poco a poco. Lo que Rora no sabe es que Ahyeon no solo siente atracción por ella, sino que empieza a desarrollar una dependencia emocional intensa.

Rora siempre ha sido una chica tranquila, reservada, casi invisible. Prefiere el silencio de los libros y el murmullo de las cafeterías antes que las luces intensas del mundo. Pero todo cambia el día que ve a Ahyeon por primera vez. Ahyeon es todo lo que Rora no se atreve a ser: radiante, libre, brillante como el sol. Desde ese instante, Rora no puede dejar de mirarla, como un girasol que gira sin descanso hacia la luz que le da vida. Pero... ¿qué ocurre cuando el sol no se da cuenta del girasol que lo sigue? ¿Puede un amor silencioso florecer solo con miradas robadas y sueños que no se cuentan? Una historia suave, íntima y contemplativa sobre el amor no dicho, el deseo silencioso y la esperanza de que, tal vez, un día... la luz también te mire a ti.