Nadie podría esperar que fuera la Jota de Picas quien fuera a liderar la lucha. Solo es un niño dicen algunos. Es un arma dicen otros. Al menos no está solo, de eso se aseguró el destino. El As de Diamantes es su mejor amiga, junto a la Reina y al Rey de corazones. Cuando llegue la lucha estarán allí, a su lado, no se apartarán en ningún momento, así lo dice la profecía. Pero cuidado, porque igual que ellos están juntos dos cartas más se cruzan en ese destino. El As de Picas y la Reina de Diamantes les cuidan, les protegen, se meten en la boca del lobo solo por esas cartas tan jóvenes, tan inexpertas. ¿Qué es eso que asoma entre las sombras? ¿Está con la Jota de Picas o está en su contra? Con el Joker nunca se sabe que camino escogerá. Cada uno tiene su carta, su lugar en el juego, pero todos juntos juegan un papel mucho más importante del que cualquiera imagina. Al menos, tienen suerte de que el siete de tréboles sea una carta asociada con la resolución de problemas.

Delilah Selwyn no entiende cómo y por qué sigue viva. Después de que Bellatrix Lestrange se presentase en su casa junto a Barty Crouch Junior Delilah pensó que nada podía ir a peor. Pero sus padres acabaron muertos en el salón y ella delante del mismísimo Señor Tenebroso, así que descubrió que, en efecto, todo podía ir a peor. Regulus Black consiguió sacarla de allí, consiguió salvarle la vida y ella, a cambio, también consiguió salvar la suya. Aunque de poco sirve cuando tienen que presentarse delante del Señor Tenebroso y fingir su lealtad hacia la causa. Porque está fingiendo su lealtad, ¿verdad? No por nada la reina de diamantes es una de las cartas más poderosas de la baraja, pero también es una de las más inestables.

Si tuvieras que preguntar a Rachel Lightbourne cuando se empezó a plantear que Nicholas Durant podría ser algo más que un amigo no sabría darte una respuesta concreta. Balbucearía hasta que cambiase de tema y ese sería el momento en el que podrías preguntar sobre Donovan Crowan. La expresión de la chica cambiaría a una en la que arrugaría la nariz y te diría algo como "Donovan y yo no nos aguantamos". Si, por otro lado, eligieras preguntarle a Nicholas sobre Rachel te respondería con una sonrisa y un "siempre he sabido que podíamos ser más que amigos, ¿tú la has visto? Es imposible no...". Se quedaría callado, pero seguiría sonriendo hasta que le preguntases por Donovan. No sería muy difícil adivinar que está celoso de él, a pesar de que repite varias veces que son muy buenos amigos. Por último, quedaría Donovan, el más reservado de los tres. Al preguntarle por Rachel siempre respondería que le gusta molestarla, y más ahora que son prefectos y tienen que pasar tanto tiempo juntos. ¿Y Nicholas? Donovan no tiene problema en admitir que envidia lo que tienen Rachel y él. Queda una pregunta, se la haces a los tres a la vez. ¿Qué hay entre vosotros? Se mirarían nerviosos, negarían todo, podrías ver como dos de ellos se dan de la mano y uno queda solo. Pero el amor es un juego, ¿usarán sus mejores cartas? Puede que el tres de corazones no sea la carta más alta de la baraja, pero es popularmente conocida por ser un éxito en los asuntos amorosos.

Pertenecer a una de las veintiocho familias británicas de sangre pura te garantiza ciertas riquezas y cierto nivel social que solo tienes que mantener de una forma: siendo leal a la causa. Regulus Black es fiel, es mucho más que fiel, a diferencia de su hermano Sirius, que se convirtió en un traidor a la sangre en el momento en el que pisó el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Regulus es más que fiel, él cree en la causa, cree que los sangre sucia no deberían pisar los suelos del castillo de Hogwarts, ensuciándolos con su mera presencia. Ellos no merecen esa educación mágica como las familias sangre pura. Por eso Regulus es fiel a la causa y es fiel a la familia Black. Y cuando formas parte de la familia Black tienes tu futuro completamente solucionado a cambio de formar parte del mayor juego de naipes de la historia de Gran Bretaña e Irlanda, incluso siendo un mísero as, la que en ocasiones puede ser la carta más débil de la baraja. O, con las reglas adecuadas, la más fuerte. No por nada el as de picas es conocido como el naipe de la muerte.