➥ Montjuic nunca se había sentido tan lúgubre. La eliminación tendría que haber sido algo triste, desolador. Sobre todo si los sentimientos se combinaban con la situación entre él y Ronald. No lo odiaba, pero quería alejar los latidos desenfrenados de su corazón cada vez que lo veía. Era agridulce. Aún así, el uruguayo se metió en una pequeña grieta de su escudo. Fue casi como si lo volviera a conocer. Y eso era su parte favorita, aunque no lo admitiera: Porque se enamoraría una y mil veces más de lo que Raphinha significaba para él.

➥ Algo flotaba entre ellos, como polvo de estrellas. Esa tarde, con el sol escondiéndose, lo que le dijo Frenkie y su propio sentir, probablemente tuvo el valor de aceptarlo.

➥ Cada treinta de abril era lo que más esperaba de cada año. Ese día era cuando podía demostrarle a su mundo (aún más de lo que ya lo hacía), lo mucho que amaba a Marc. Y eso perduró hasta el final. Porque, ellos lo prometieron: Se amarían para siempre, hasta que la última supernova desapareciera.

➥ La lluvia nunca le había gustado. Aunque con sus papás a su lado, haciéndole compañía, no era tan mala después de todo.

➥ Un sueño, flores esparcidas y la sonrisa que más quieres pueden provocar que la inspiración regrese a ti, como una ráfaga. O bueno, eso es la anécdota de Andreas, que se vió inspirado por los ojos y la sonrisa de Frenkie.

➥ Ro: Palabra en danés. Significa tranquilidad, o sentirse en paz.

➥ Y, de nuevo, Robert volvió a hacer la misma celebración.

➥ No había podido entrar a esa habitación desde ese día. Tan llena de recuerdos... tan llena de él. Su mente era capaz de reproducir la risa de su omega, como una melodía que llegó a su fin. No era capaz de borrar el destello del aroma de Sergi encerrado en esas cuatro paredes. No quería despedazar su corazón. No podía, simplemente. Incluso si habían pasado varios meses de lo sucedido. Pero tenía que seguir adelante. Por ellos.