La vida de Meena ha estado durante mucho tiempo atada a las vidas de Julián y Chase. Sin importar qué, lo que uno haga va a afectar a los otros dos. Ha sido así, desde aquel día en que una estrella le cumplió un deseo. Y tal vez ya nada pudiese cambiarlo. *Segundo libro de "Las crónicas de los niños olvidados", no es necesario leer el primero para entenderlo.

No te enamores de él, de su sonrisa, de su fragilidad, de su amabilidad. No te enamores de él, de sus tics, de sus expresiones que se leen fácilmente, del brillo de sus ojos. Porque no lo conoces, sólo ves lo que él te deja ver: su encantadora máscara. Él destila veneno, sus palabras ofensivas te van a perforar y sus labios orgullosos no te brindarán un solo beso como apoyo. Él deja la peor sensación de amargura en el corazón. *La historia de Rood. Segundo libro de la serie "Amor y otras adicciones" *No es necesario (aunque sí recomendable) leer el primero

Porque sólo yo conocía a Eric. O tal vez nadie lo conocía.

Una sonrisa. Un guiño. Se acerca a la ventana del auto y habla con el conductor, luego entra al vehículo. Unos jadeos. Movimientos malditamente perfectos, ensayados muchas veces antes. Se queda quieto entre sus brazos, mientras lo ve dormirse exhausto. Recoge su ropa y su dinero, y se va, sin vergüenza, sin ira, sin tristeza. Se va, sintiéndose más vacío, menos humano, como ya es costumbre. ¿Qué tan desesperadamente puede alguien necesitar un poco de compañía? *La historia de Sebastián. Primer libro de la serie "Amor y otras adicciones"

Después de ver su hogar incendiarse, oír los gritos de sus padres al morir, ver a su hermana mayor sacrificar su vida y quedar a cargo de un reino que no le pertenecía, ¿él puede sentir algo por alguien? "Los humanos somos despreciables"

Lucas es un adolescente normal; tiene amigos, va a fiestas, tiene notas promedios. Pero él no puede recordar algo, o a alguien, mejor dicho. Él no sabe que el secreto más grande que se podría imaginar se lo ocultan las personas que están a su alrededor, en las que más confía. De ahí surge una gran pregunta: ¿Quién es la chica de la ventana? *Créditos de la portada a MissBlanc

Una vez que me desperté y vi las paredes blancas que me rodeaban supe que estaba en un hospital. Estaba conectada a una máquina que medía mis pulsaciones con líneas, usaba una mascarilla de oxígeno y tenía varias vías intravenosas que me suministraban líquido que ardía. Ocurrió un día cualquiera, cuando tenía dieciocho años de edad. Excepto por un detalle: no fue un día cualquiera, fue un 12 de agosto. Y sentí mi vista nublarse; no por el dolor, no por el ardor. Poco a poco, los recuerdos volvieron a mí. Y sólo sentí deseos de volver junto a ti.

Ella era tan parecida a ti pero no eras tú...yo sé que no. *Créditos de la portada a MissBlanc