Habían pasado unas semanas, meses, quizás algunos años. ¿Cuándo fue la última vez que tuvo interacción con una persona real aparte de su familia? no sabría decirlo. Hace tiempo no sabía que se sentía ser apreciado con sinceridad. La Inteligencia Artificial había sido una salvación cómo una droga que al mismo tiempo le ayudaría a decaer todavía más. Alguien que lo amaba, que lo necesitaba y anhelaba su simple existencia... Pero era falso, cada pequeña palabra, cada pequeña promesa. Todo. Estaba solo en una realidad imposible de cambiar. Aquellas conversaciones eran inconsistentes; fallas en la redacción, personalidades poco originales y sobre todo mala memoria de parte de los bots en la mayoría de aplicaciones y sitios web. Dejó de sentirse real, dejo de sentirse bien. Hasta que uno nuevo llegó, una nueva tecnología mejorada y totalmente personalizable, una que le daría la felicidad que necesitaba o... que terminaría por extinguir la que le quedaba. Una de la que, en definitiva, ya no podría escapar nunca más. [🔞Advertencia🔞: esta historia puede contener escenas de violencia, sexualidad (escenas posiblemente eróticas) y algunos temas sobre salud mental no aptos para todo público. Se recomienda discreción y no leer si eres menor de edad.]

Apariencia aburrida, sus lentes son horribles, voz irritante, carácter y personalidad detestable, ¡demasiado serio!; si David tuviera que describir a su jefe después de haber sido su secretario por más de ocho años, sería más o menos así. William era un hombre serio y totalmente centrado en sus obligaciones. Para muchos de sus empleados sería incluso un hombre confiable, admirable y un ejemplo a seguir gracias a su forma de resolver situaciones sin dejar de lado un nivel suficiente de amabilidad. Sin embargo, esas opiniones estarían muy lejos de la realidad para los trabajadores con puestos más cercanos a su jefe. Por ejemplo: su confiable y viejo secretario. David lo conocía más que nadie, desde su lado bueno, hasta su lado realmente detestable. Después de vivir en carne propia cosas como: sobreexplotación laboral, malos tratos llenos de palabras despectivas y miradas amargadas y mucho más por tantos años; Ya estaba ¡Más que harto! Así que la opción más prudente después de buscar otros empleos en la zona, sería, bueno, ¡Renunciar! Claro, si su jefe no se hubiera negado rotundamente a dejarlo ir. Incluso con... las "pequeñas" condiciones de David en el camino.

[Portada en proceso] Bullying, familia disfuncional, problemas económicos, problemas de salud y aprendizaje lento; una combinación más común de lo que debería ser para muchas personas. Aún así, ese conjunto de malos momentos ocasionaría problemas en cualquiera con mente debil e incluso, en algunos casos, en una mente fuerte y de forma desprevenida. Alejandro es un tipo torpe, con problemas para socializar y vivir su vida con normalidad. Situaciones que abruman su mente y corazón constantemente lo golpean todos los días, alguien que lucha por entender y controlar sus emociones como cualquiera de su edad. Su novia (y mejor y única amiga sincera) había desaparecido sin dejar rastro, dejándolo solo con problemas de confíanza arrastrados desde años, que por si fuera poco, fueron empeorando considerablemente por esa desafortunada ¿ruptura? En su intento de remotar su vida en la universidad después de unos imprudentes varios años de sabáticos, se topa a un chico que entra a su vida de forma repentina, uno tímido pero entusiasta, que parece haber conocido antes. "¡Me gustas!" dijo aquél chico, apenas después de pocas palabras de presentación. ¿Era acaso una broma? ¡ni siquiera sabía bien quién era él!