Primer libro de la trilogía: Las estaciones de un amor eterno. A veces, todo lo que necesitamos es mirar al cielo para recordar quiénes somos. En una noche fría, envuelta en silencio y estrellas, Dahp se deja atrapar por la belleza del cielo. Por unos minutos, se le olvida el peso de sus dudas, de esa voz interna que insiste en hacerla sentir insuficiente. Su sueño de calificar en una galería de arte parece lejano...hasta que el cielo la inspira. Con un lápiz en mano y el alma latiendo con fuerza, decide dibujar ese paisaje como un acto de esperanza. Porque aunque el invierno la abrume, el arte sigue siendo su refugio...y en lo más profundo de su corazón, aún guarda la ilusión de encontrar el amor. Quizás, entre colores y suspiros, el romance llegue cuando menos lo espere.