Clark Kent, 42 años, granjero, creyente del poder curativo de la siesta y del abono natural. Decide mudarse a la ciudad para convertirse en periodista. Bruce Wayne, 26, gótico, barista profesional y emocionalmente indisponible. Se conocen en una cafetería. Clark confunde el latte con "leche caliente con espuma bonita". Bruce lo llama "señor" porque honestamente... parece que va a pedir descuento de jubilado. Así empieza una historia donde un alma rural se enamora de una tormenta urbana. Spoiler: él no sabe usar el Wi-Fi, pero sabrá amar.

En este universo, los omegas deben casarse antes de cumplir 30 años o el gobierno puede decidir por ellos. Es una medida política con la excusa de "estabilidad social y control poblacional", pero en realidad es un sistema opresivo que pone a los omegas bajo vigilancia constante. Bruce, a sus 29, nunca confió en ningún alfa. Para él, los alfas son controladores, posesivos, incapaces de entender su independencia. Su rebeldía y trauma lo han mantenido soltero, pero la fecha límite se acerca. La única figura que encaja con lo que la sociedad espera -y con lo que Bruce toleraría- es Superman, el alfa ejemplar, protector, "el héroe perfecto". Pero en su corazón, Bruce está secretamente enamorado de su amigo Clark Kent, un beta torpe, amable y sencillo con el que comparte cafés, charlas nocturnas y pequeñas intimidades que nadie más le da.

Bruce y Clark nunca fueron precisamente amigos en la secundaria. Entre rivalidades tontas, competencias absurdas y silencios que pesaban más que las palabras, lo único que compartían era la certeza de que no se soportaban. O al menos eso parecía. No es una historia perfecta. Está llena de tropiezos, de orgullo mal manejado y de emociones que tardan demasiado en decirse. Pero en esa imperfección, entre la incomodidad y las risas, nace algo mucho más sincero: un cariño que nunca se fue del todo.

Clark está obsesionado con las piernas y muslos de Bruce.

Bruce Wayne no es un héroe. No creció en las sombras, no dedicó su vida a la venganza y nunca vistió una capa para luchar contra el crimen. No tuvo que hacerlo. Porque cuando perdió a sus padres, Superman apareció poco después, salvando a Gotham y al mundo entero. Desde entonces, Bruce ha estado fascinado-no, obsesionado-con el hombre de acero. A sus 21 años, consigue una pasantía en el Daily Planet, pero su verdadero objetivo no es una carrera en el periodismo. Es descubrir la identidad de Superman. Y si en el proceso logra conquistarlo, aún mejor. Clark Kent lleva más de una década protegiendo Metrópolis y Gotham sin descanso. A sus 33 años, ha visto lo peor de la humanidad y ha aprendido a mantener distancia. No tiene tiempo para romances ni para distracciones. Especialmente no para un joven testarudo con demasiadas preguntas y una sonrisa que lo desarma. Bruce no se rinde. Clark no cede. Pero cuanto más intenta alejarlo, más cerca está Bruce de descubrir la verdad. Y lo peor de todo... es que una parte de Clark quiere ser descubierto.

En la ciudad de las apariencias, dos hombres juegan un peligroso juego de seducción... sin saber que ya lo han perdido. Bruce Wayne, el descarado y encantador multimillonario, no puede evitar sentirse atraído por el tímido y dulce periodista Clark Kent. Lo invita a galas, lo halaga descaradamente, y se deleita viendo cómo las mejillas de Clark se tiñen de rojo cada vez que se le acerca demasiado. Mientras tanto, Superman ha comenzado a visitar Gotham con más frecuencia. Pero lo que debería ser trabajo, se transforma en una obsesión cuando el caballero oscuro aparece. Porque Batman lo provoca, lo reta, lo desafía... y Superman no puede evitar devolverle el juego. Las noches se llenan de susurros en callejones, cuerpos peligrosamente cerca y amenazas que suenan más a promesas. Ellos no lo saben, pero están enamorados. Solo que no del hombre que creen. O tal vez sí. Porque cuando las máscaras caigan... lo único que quedará será el deseo.

OneShot y/o pequeñas historias publicadas originalmente en la página "Criss&Jenn". •Pareja: Superbat (Los personajes no me pertenecen, son propiedad de DC). •Créditos de la portada: https://pin.it/1l9oLHX •No se aceptan adaptaciones.

En su búsqueda de la mujer que él y su hermana creen que es el aspecto de la Luna, Aphelios llega a Jonia donde, guiado por las visiones de Alune, conoce al criminal conocido como "el rey de la arena", Sett. Con la esperanza de que pueda ayudarles a localizar a la persona que buscan, los gemelos contratan a Sett para que les guíe a través de Jonia. - Universo Canon: Legends of Lunaterra. - Esta es una traducción. Todos los créditos a GwenEani en ao3. - El arte de la portada pertenece a 7w7thais en Tumblr.

Aunque no era raro ver muchas caras, la mayoría eran bastante normales o no destacaban demasiado. Sólo gente haciendo su trabajo. Pero este tipo... Nada más entrar en la cafetería acaparaba toda la atención debido a su tamaño: hombros anchos y el doble de anchura que su cintura, estatura erguida, presencia brillante y ruidosa, aunque de algún modo suave y agradable debido al gorro con orejas de gato que llevaba. Sus manos eran tan grandes que las entregas que llevaba parecían cómicamente pequeñas en ellas, pero lo más importante de él era su sonrisa. Parecía no desaparecer nunca y, aunque sus caninos eran bastante grandes y prominentes, no parecía peligroso en absoluto. - Sett es un repartidor que frecuenta la cafetería donde trabaja Aphelios, eventualmente, se enamoran. - Universo Alterno: Moderno. - Esta es una traducción. Todos los créditos a PuddiNyan en ao3.

Sett es un poco romántico, incluso si su estatus como dueño de un club nocturno no le permite realmente perseguir sus sueños domésticos. Aphelios (en una situación que definitivamente no fue orquestada por Ezreal) aparece en su club una noche que, de otro modo, habría sido irrelevante, y de alguna manera termina ocupando cada momento despierto (y de sueño) de Sett. De mkhhhx en ao3, yo solo traduzco de inglés a español.