mbbarf
- Reads 9,853
- Votes 733
- Parts 19
Nunca tuve intención de fingir una relación. No fue idea mía, ni un plan elaborado. Surgió sin aviso, como esas decisiones improvisadas que uno toma solo por curiosidad... o por torpeza.
Lo más extraño fue quién lo propuso.
Él.
Justo él.
El chico arrogante que pasaba junto a mí como si yo fuera parte del paisaje, que ni siquiera fingía cortesía cuando lo veía.
De repente, quiso "ayudarme". Fingir algo conmigo solo para llamar la atención del chico que realmente me gustaba.
Y lo dijo como si fuera lógico. Como si fuera una solución simple, casi obvia. Yo no sabía qué era más absurdo: que se ofreciera, que lo hiciera sin dudar... o que yo aceptara.
Al final pensé que no tenía nada que perder. Total, él no significaba nada.
Eso creí.
Hasta que noté que el chico que yo quería no reaccionaba, ni se inmutaba, ni parecía sospechar nada.
Pero alguien sí reaccionó. Alguien que no entraba en mis cálculos.
Alguien que tampoco estaba en los suyos.
El problema no fue fingir.
El problema fue que uno de los dos dejó de actuar.
Y no fui yo.