chiara_cruz
Durante la infancia, como una hoja en blanco que depende de su escritor para tener algún contenido, los niños dependemos por completo de nuestros tutores, no solo en lo legal o en lo cotidiano, sino también en la manera en que aprendemos a pensar, sentir y entender el mundo. Si atravesamos una situación difícil y los adultos que nos rodean -nuestros modelos a seguir- reaccionan con miedo, probablemente también sentiremos miedo. Si, en cambio, ellos responden con calma y seguridad, eso nos transmitirá tranquilidad. La forma en que los adultos enfrentan las situaciones frente a los ojos de un niño moldea directamente cómo ese niño aprende a reaccionar. Por eso, es fundamental que los cuidadores sepan qué decir y cómo actuar: su respuesta es el espejo donde los niños aprenden a mirar y regular sus propias emociones.