Sus ojos podrían ser los más hermosos que haya en el mundo, pero su mirada podría matar a quién quiera a su paso, envenenar tú alma y arder en el infierno con ella, pero también podría sanarte del mal en el que estás, aunque desgraciadamente ella sea el mal.

Julieta Ferreyra tiene una regla: no encariñarse con nadie que la mire desde arriba, ni literal ni emocionalmente. Desde el accidente que la dejó en silla de ruedas, ha aprendido a cuidar su espacio, su cuerpo... y sobre todo, su corazón. Fría, directa y con una lista de defensas más larga que su historial médico, lo último que necesita es una Doctora sonriente queriendo "hacerla sentir cómoda". Pero entonces aparece la Dra. Alexandra Fox. Especialista en rehabilitación física, optimista empedernida y dueña de una sonrisa que desarma hasta al dolor. Alexandra no solo irrumpe en la rutina clínica de Julieta... también empieza a colarse en sus días, en sus límites y en sus ganas. Entre sesiones, sarcasmos y silencios incómodos, nace una conexión que ninguna de las dos esperaba... ni pidió. Porque cuando el cuerpo se vuelve trinchera, el amor encuentra otras formas de tocar. Una historia donde las sillas no frenan el deseo, las emociones no siempre siguen protocolos y las cicatrices (visibles o no) se convierten en puentes. Romance, humor, diálogos agudos y una dosis justa de ternura. Porque a veces, el verdadero movimiento empieza donde creíste que todo se había detenido.

Anne trabaja como abogada en una prestigiosa firma de abogados. Chloe acaba de graduarse de la escuela de derecho. Anne no estaba interesada en nada más que en sus libros. Chloe no estaba interesada en nadie más que sí misma. Anne odiaba su trabajo. Chloe amaba aprender. Anne vivía aferrada al pasado. Chloe era amante del porvenir. Anne no tiene una razón para pensar que la vida es hermosa. Chloe intentará darle más de una.

Sabrina nunca imaginó que, acompañar al pequeño hermano de su novio, con la excusa de sufrir secuelas debido a la muerte de sus padres, al doctor, también la llevaría a la vida de una mujer sin brillo en sus ojos que aparentaba ser feliz. Sabía que había algo más allá de lo que podía ver a simple vista, sabía que su supuesta vida perfecta era forzada, sólo con pasar un segundo en silencio con ella lo tenía claro, y, aun así, necesitaría mucho más que tiempo si quería saber qué esconde Christina Darcy, la mujer de la sonrisa rota.

En la vida a veces tuve que aprender a las mala lo difícil que era tener libre albedrío incluso para hacer algo insignificante como tomar una decisión. Debí aprender cada cosa, cada pequeña y mínima cosa para llegar a ser grande. Pero jamás aprendí a mover aquellas grandes cosas que me hacían sentir pequeña como aquella azul mirada. Aquella azul mirada a la que jamás fui inmune, la que jamás aprendí a devisar, o ignorar. Aprendí a manejar todo, menos todo lo que me provocaba. Aprendí a controlar cada emoción, menos aquellas que ella me producía.

Lisa Manobal lidera un imperio lleno de caos, poder y reglas rotas. Lo único que no debería desear... es a Jennie Kim, la esposa de su hermano. Una noche de pasión, un destino que vuelve a cruzarlas, y un secreto que podría volcar todo su mundo. Lisa (G!P) Adaptación Jenlisa +18

Sabrina finge que nada ni nadie le importa, pero todo esto se cae a pedazos el día que ella vuelve a su vida de la manera más inesperada. Por cosas del destino habían terminado en caminos opuestos. Sabrina había pasado de ser la ñoña y nerd a la respetable neurocirujana, y Willow de ser la peor alumna, delincuente y chica sin futuro a la teniente más joven de su unidad. Un amor del pasado, huellas que aún todavía, tal vez, siguen frescas y una expresión sincera ¡Cómo te atreves a volver!

¿Pueden una loba y una Vampiresa llegar a amarse? Ciertamente, y cuando comparten un destino escrito, es posible. Kaley Clark, una mujer lobo a punto de cumplir la mayoría de edad, jamás pensó siquiera llegar a sentir empatía por alguien como ella. Lauren Volusek, una Vampiresa de unos cuantos siglos de edad, nunca se imaginó poder sentir compasión por una cachorra como lo era esa chica. Una imprudencia las llevará a conocerse. La Vampiresa jamás se hubo visto a sí misma piadosa ante ningún lobo, y la Lycan nunca se hubo doblegado ante ningún Vampiro. Pero siempre hay una primera vez para todo. Ambas caerán por un precipicio por el que es inevitable resbalar, que es imposible volver a escalar. ¿Y qué harán entonces?