MelResendiz
Celeste nunca necesitó una razón para odiarlo. Y Adrian tampoco la buscó para devolverle el sentimiento. Desde que eran niños, la enemistad fue casi un pacto silencioso: dos orgullos chocando, dos bocas que solo sabían lanzarse ironías y miradas que dolían más que las palabras.
Pero la vida, con su humor cruel, los obliga a acercarse más de lo que hubieran querido. Y cuanto más comparten espacios, secretos y silencios, más difícil resulta sostener la mentira del odio. Porque lo que comienza como discusiones afiladas, pronto se convierte en miradas demasiado largas, en gestos que no saben cómo interpretar, en un beso que ninguno planeó y que ambos se esfuerzan por negar.
Entre la negación, los recuerdos y el fuego que no quieren aceptar, Celeste y Adrian tendrán que enfrentarse a la verdad más incómoda: que quizá el odio nunca existió. Que lo que llamaban rencor era, en realidad, la forma más torpe de no reconocerse. Y que, sin querer, ya es demasiado tarde para escapar del amor que los persigue.