Martin siempre se había dejado llevar por lo que pensaba que otras personas querían que fuera: capitán de un equipo de fútbol semi profesional y un intento de hijo del que sentirse orgulloso. Cuando empieza la universidad, cada vez le es más complicado no cuestionar quién es él más allá de las expectativas ajenas. Hasta que llega Juanjo Bona. Y con él, una visión completamente nueva de lo que su vida podría ser si cedía a lo que realmente quería, a quien él era realmente más allá de todo lo que había fingido ser hasta ese momento. Solamente tenía que dejar de hacerse preguntas y fluir.

Una canción premonitoria de los 2000s, dos chicos enamorándose de verdad por primera vez y la crisis existencial de los 20s. O también si El Caballero de Olmedo hubiese sido queer, nadie hubiese muerto y don Alonso no hubiese ignorado la cancioncilla que le perseguía.

Velvet Crown es la banda indie londinense que todos quieren descubrir, y su vocalista, JJ, un misterio que nadie ha logrado desentrañar. Cuando Martin, periodista musical, recibe el encargo de entrevistarlo, pronto comprende que acercarse a él podría cambiarlo todo... y que algunas verdades resultan irresistibles.

Donde Juanjo se ve obligado a acompañar a su hermana al concierto de Olivia Rodrigo en Madrid o donde Martin va por primera vez a un concierto de su artista favorita y se cruza con un chico que llama su atención

Martin es un bailarin del burdel que pertenece a una de las grandes mafias de su ciudad. Todo cambia cuando Juanjo, el capo de otra mafia, paga la deuda del bailarin para regalarle la libertad.

Martin Urrutia pensaba que unos días de vacaciones en Grecia para ir a visitar a su hermana al pueblo que él mismo le recomendó, serían la excusa perfecta para desconectar del trabajo, reencontrarse con el mar y, rememorar viejos tiempos. Pero Laia siempre ha tenido un talento especial para las sorpresas y esta vez no iba a ser la excepción, porque... se ha enamorado locamente de forma repentina, y se va a casar. Lo que ninguno de los dos hermanos sabe es que Martin y ese misterioso prometido ya se conocen. Y no de cualquier forma. Años atrás compartieron un verano que lo cambió todo. Entre playas deslumbrantes, situaciones caóticas y preparativos llenos de imprevistos, Martin intentará mantener la compostura mientras revive un pasado que nunca se cerró del todo, intentando asumir que Juanjo Bona, el hombre al que amó, está a punto de casarse con su hermana.

En donde si él quisiera lo haría, y Martin lo descubriría en el camino.

Una canción que siempre activa la misma tecla. Un roce de manos que siempre causa la misma reacción primitiva. Una ciudad que no es lo suficientemente grande y dos personas que no dejan de encontrarse. Regalarle todos tus mejores años a una persona porque no eres capaz de otra cosa. Alejarse solo para encontrarse con más fuerza. Al ritmo del album nuevo de Conan, un pasado que siempre irrumpe en el presente.

Una noche y dos desconocidos sin nombre. Lo suyo fue una casualidad, un destello en mitad de una noche de verano. Se conocieron sin querer y terminaron queriéndolo todo. Se perdieron en el silencio de la noche y en el calor de las sábanas, en un pacto silencioso que prometía no volver a suceder. Pero cuando Martin es seleccionado como el único becario de la discográfica más importante del país, cumpliendo con aquello que siempre había soñado, todo se desmorona. Y es que quién le iba a decir que su nuevo jefe sería aquel hombre con el que se acostó una noche de verano; aquel recuerdo que no podía borrar de su mente por más que quisiera hacerlo. Juanjo tampoco lo había olvidado, no podía. Y en cada uno de sus versos, aquellos que mantenía ocultos como su mayor secreto, escribía sobre aquel chico sin nombre que fue capaz de robarle el alma en solo un instante. Entre reuniones, tensiones y letras prohibidas, se crea una historia de amor que nunca debió existir. Unos versos prohibidos que nunca debieron escribirse. AVISO: En esta historia aparece contenido sexual explícito.