Tus Ojos Me Pertenecen
El cobalto dirigió su mirada a aquella silueta a lo lejos, su corazón latió con fuerza y su respiración era difícil de controlar, era inevitable, sus pies empezaron a moverse sin voluntad propia, parecía que no los podía controlar, cada paso era más cerca de esa silueta, sintió como su corazón salía casi de su pecho...