Segunda parte del libro «Príncipe de sangre». « Oh, damisela. Tú que fuiste abandonada, tachada como un fenómeno entre los tuyos... Exiliada por el pecado de amar. Tú que amaste tan intensamente. ¿Ahora vuelves con deseos de venganza? Por la humillación, por la sumisión. Por sentir que la vida fue injusta para ti. Ahora sientes deseos de ver sangre correr.» Con la dama libre, Alex debe aprender a controlarla entrenando bajo el ala de la Reina, con el propósito de no perder a quien ama. Preparándose también para la guerra venidera, ahora los clanes y manadas deben trabajar como aliados, juntos contra un enemigo común: La antigua Reina Caillic y su ejército de híbridos artificiales. Secretos, otros aliados y enemigos surgirán en el camino. Se sacrificarán vidas y sueños, y sangre inocente podría derramarse para que todo vuelva a estar en equilibrio. Todos los derechos reservados. Dama de la noche © Silvia Araujo

«Una corona de huesos adornando sus cabellos. Tus colmillos brillando, mostrando que acabas de alimentarte. La sangre fresca, humana, caliente y deliciosa corriendo en tu interior. La traición, aquella por la que fueron juzgados y condenados... ¿Qué harás, príncipe? ¿Salvarás a tu amor o morirás como un cobarde?» A pocos meses de cumplir los dieciocho y convertirse en un vampiro en su totalidad, Alex se ve sumergido en diversas pesadillas llenas de sangre, muerte y una chica, que se repiten cada noche. Heredero del Clan de Vampiros de Minnesota, piensa que puede tener el mundo a sus pies con una simple sonrisa. Sin embargo, la llegada de la misma chica a la que mata en sus sueños le dará un vuelco a su mundo, llenándolo de intriga y misterios sin resolver. El descubrimiento de secretos que no solo traspasan de su especie, y venganzas por la humillación de un antiguo líder, le darán a entender que su papel es más grande de lo que alguna vez llegó a pensar. Todos los derechos reservados Príncipe de sangre ©Silvia Araujo

Mary ha vivido felizmente con su esposo Erik y su pequeña hija Daniela durante 10 años, pero llega un día en el que, por una simple llamada, ella ve como su mundo cae a pedazos y llega a pensar que su feliz vida podría estar por terminar... Pero las cartas no habían sido echadas aún, no todas.