lashistoriasderufina
Mi nombre es Alissa, pero nadie me llama por mi nombre. Cuando las personas me observan, lo cual ocurre a menudo, no ven a una chica de dieciséis años, sino que ven a la «gorda». Porque eso soy ante todos.
Yo soy la malhumorada.
Yo soy la desagradecida.
Yo soy la antisocial.
Yo soy la fea, estúpida e inútil.
Yo soy la G-O-R-D-A.
Siempre fui la gorda, hasta que un día decido no serlo más, porque... ¿para qué seguir viviendo en un mundo que siempre me discriminará? Aunque no solo es el mundo el que me discriminaba, no, yo también lo hago. Me odio. Soy mi peor enemiga.
Y cuando nos odiamos, somos capaces de cualquier cosa. Como, por ejemplo, intentar suicidarnos. Y, sí, dije intentar, ya que como todo en mi vida, ni siquiera eso me sale bien.
Me dicen: «Bienvenida a la Clínica Lucía Albarracín para Trastornos, Alissa».
Pero yo pienso: «Bienvenida al infierno, gorda».