Max había quedado flechado por Sergio desde la primera vez que lo vió, los planetas, el destino y todas las estrellas se alinearon y terminaron en la misma sala, y cuando Sergio lo saludo con una de sus brillantes sonrisas y le dió la mano bastó para encender su corazón, nada lo iba a detener, iba a hacer jaque mate, no podía perder. ~~~ Max Verstappen × Sergio "Checo" Pérez M-Preg Historia inspirada por la canción Mastermind de Taylor Swift✨

Checo no tiene tiempo para ser el padrino de la boda de Charles. No solo tiene que manejar el negocio familiar él solo, sino que también tiene que criar a su sobrino adolescente, una tarea que comienza a parecerle cada vez más imposible. Lo último que necesita es perder el tiempo planeando la boda de Charles. Especialmente cuando eso significa trabajar con su padrino de boda, Max Verstappen, que es increíblemente atractivo e insoportablemente agradable. ESTÁ HISTORIA ES UNA ADAPTACIÓN, CRÉDITOS COMPLETOS AL AUTOR: everythingsshiny en Ao3 https://archiveofourown.org/works/32330152/chapters/80143210

Lo había observado de tiempo atrás, al hombre amado por todo un país, por todo un continente, por todo aquel que tuviera la fortuna de llamarse su amigo. Pero para el altivo León Holandés, quién era realmente ese hombre, qué era realmente ese hombre...

En la última vuelta siempre hay que ir más rápido. -¿Tienes miedo? -la voz de Toño rompió el silencio de la habitación. Sergio sonrió levemente, jugando con el hilo suelto de la manga de su sudadera. Sus ojos, antes llenos de sueños, ahora reflejaban una paz extraña. -La muerte no me asusta. Toño frunció el ceño. -¿Entonces? Sergio suspiró, desviando la mirada hacia la ventana. Afuera, la vida continuaba sin detenerse, como si el mundo no se diera cuenta de que él estaba perdiendo la carrera. -Me asusta pensar que no viví lo suficiente. El silencio entre ellos se hizo más pesado. Toño apretó los labios, como si estuviera buscando algo que decir, algo que pudiera aliviar el peso en el pecho de su hermano. Finalmente, suspiró y le revolvió el cabello con ternura. -Entonces vivamos, cabrón. Sergio rió suavemente, sintiendo el cariño en las palabras de su hermano. No sabía cuánto tiempo le quedaba, pero si había algo que le habían enseñado las carreras, era que cada vuelta contaba. Y su última vuelta estaba a punto de comenzar.