Marcy es una chica normal. Se despierta, se arregla, va a la escuela, pasa el día sola, vuelve a casa, ve a sus padres a punto del divorcio y finalmente se va a dormir, todo normal. Un día de camino a la escuela, ve al mismo imbécil de siempre acosando a las chicas y tirándole "piropos", según él. Marcy, quien es una chica abiertamente lesbiana, siempre intenta evitarlo, pero desgraciadamente este se le acerca diciéndole lo habitual; "Hola linda, ¿sigues siendo lesbiana hoy'? "Vamos no seas así, solo bromeó" "Dios mamacita no entiendo cómo eres lesbiana si todavía no has estado conmigo" . Marcy realmente lo odiaba, era tan molesto, que a veces deseaba estrangularlo con sus propias manos. A lo lejos se oye una voz, era una chica, una chica hermosa... "¡Oye imbecil, alejate de ella antes de que rompa el culo!" Era la nueva, una rubia hermosa directo de Alemania, sus ojos eran color azules, tan majestuosos como el océano, que solo al verlos te perdias profundamente en ellos, su voz... Dios, su voz era lo mejor, sonaba tan genial, su hermoso cabello rubio, todo de ella era tan... tan indescriptible y... ¿¡Ella la estaba defendiendo de ese idiota!? los ojos de Marcy se iluminaron al mismo tiempo que su cara enrojeció. ¿¡Cómo podía ser posible una chica tan hermosa y más encima buena!? La Alemana tomo la mano de Marcy y se la llevó lejos de ese idiota. Ese día Marcy consiguió su primera amiga, consiguió una nueva esperanza, algo que siempre busco, una razón de estar aquí...

Sasha, una chica bastante importante y respetada en su cuidad por el trabajo de sus padres, era una chica muy recta y nunca hablaba con nadie, hasta que un día en la escuela tuvo que hacer un trabajo con la persona que cambiaría su vida por completo, aunque sus padres no están muy de acuerdo con eso.