PANEM acaba de salir de los Días Oscuros. El Capitolio, en lugar de reconstruir, anuncia una ley cruel para garantizar la paz: Los Primeros Juegos del Hambre. Pero nadie sabe qué son en realidad. No hay estilistas, ni mentores, ni patrocinadores. Solo miedo y un Capitolio desesperado por conseguir un show. Silas Torian, de dieciséis años, es un exiliado. Su familia, antes opulenta, fue expulsada del Capitolio y relegada al Distrito 7 por una "traición" menor durante la guerra. Silas detesta la humedad, la pobreza y el ambiente rebelde de su nuevo hogar. Su único consuelo son los recuerdos de su infancia en el Capitolio, especialmente las tardes de circo en el viejo estadio. Cuando Silas es cosechado arbitrariamente para los Juegos, su mundo se hace añicos. Es un castigo directo a su familia y una humillación pública. De la noche a la mañana, el chico que solía ver el espectáculo desde la primera fila de la butaca, se encuentra a bordo de un tren de carga rumbo al Capitolio. Ahora, Silas debe sobrevivir junto a tributos brutales, cínicos, y niños aterrados, con una única y cruel revelación esperándolo al final del viaje: la Arena no es un campo de batalla épico, sino el mismo y decadente estadio de su infancia. Atrapado entre la brutalidad del Distrito 7 y la frialdad de su antiguo hogar, Silas debe encontrar la fuerza no solo para luchar, sino para enfrentarse a la cruel verdad de que su miedo es el único entretenimiento que el Capitolio está dispuesto a comprar.