aerisviolet
Fue un verano que se sentía eterno, hecho de sal, fuego suave y canciones que nadie se atrevió a volver a cantar.
En una isla perdida entre cielo y mar, cinco almas se encontraron sin querer, como si el universo las hubiera reunido para algo que ni siquiera entendían.
Ella no pensaba encontrar el amor -ni personas que supieran mirar más allá del silencio que llevaba cargando desde hace tiempo- pero el mar, a veces, tiene esa forma extraña de enseñarte lo que no estabas buscando.
Allí, en ese rincón cálido de Hawái, el sol quemaba... pero más quemaba el pecho. Y entre olas, carcajadas y silencios compartidos, entendieron que hay despedidas que se quedan a vivir en uno. Y que a veces, lo que parece un comienzo, ya es también un final.
© aerisviolet | 18/O4/2O25