El Hangar no está en un mapa. Nadie sabe si flota en los bordes del universo o si descansa, oculto, en algún rincón olvidado de un planeta extinto. Pero existe. Respira. Observa. Tripulantes viven en su interior, ajenas al verdadero propósito de los pasillos que recorren, de las máquinas que reparan, de las sombras que evitan. Entre tecnología avanzada y magia ancestral, este lugar se transforma en un mundo propio, un cruce imposible de lo arcano y lo artificial. Runas flotan en el aire como códigos vivos. Carcasas responden a hechizos. Y a veces, el Hangar mismo parece escuchar. No es un simple taller. Es un santuario de secretos. Un cuerpo colosal con una mente dormida... o tal vez despierta. Y cada día, algo cambia. Tripulantes. Un Hangar fuera del tiempo. Y un destino sellado por fuerzas que nunca debieron cruzarse.