Kazuki es un genio del fútbol, pero no por su potencial o entrenamiento, sino por una dependencia emocional única: su vida gira en torno al balón. Cada movimiento, cada pase, cada jugada se realiza con una precisión instintiva que lo convierte en un jugador excepcional. Sin embargo, su habilidad se limita solo cuando tiene el balón en los pies; fuera de eso, es solo una sombra, un "genio fantasma" que no existe en el campo sin su objeto de obsesión. Atrapado en un ciclo donde su identidad depende únicamente del fútbol, Kazuki será arrastrado al proyecto Blue Lock, donde descubrirá que su talento, aunque innegable, no es suficiente para ser el mejor. Ahora, en un lugar donde los egoístas deben brillar o caer, tendrá que enfrentarse no solo a sus rivales, sino también a su propia dependencia y encontrar una razón para seguir jugando más allá de lo que lo hace moverse.