Gustavo ya no cree en los amores eternos. Después del divorcio, del ruido, de los escenarios... solo le queda la música y el insomnio. Leonora tampoco cree en promesas. Con una voz suave y un corazón blindado, habla por las madrugadas en una estación de radio donde nadie la ve... y eso le basta. Un día, él la escucha. Ella le responde sin saber quién es. Y entre palabras al aire, silencios compartidos y heridas que no suenan igual, comienza una historia que no se parece a ninguna canción que él haya escrito. No es un cuento de hadas. Es una melodía inesperada entre dos personas que aprendieron a sentirse sin necesidad de entenderse. Porque a veces, el amor no grita. Solo se reconoce en el silencio.

Gustavo, el mejor detective de la ciudad tendrá que investigar quien es el homicida que estuvo acabando con tantas personas, pero no sabe lo que le espera.

sácame de aqui, no me dejes solo. o todo el mundo está loco. o dios es sordo.

-Te jode la diferencia de edad? --me preguntó Gustavo mirando el cielo estrellado, mientras se llevaba el cigarrillo a sus labios. -¿Por qué tendría que joderme? -No sé... yo.. vos me gustas pendeja, me tenes loco. --me miró a los ojos.

En esta historia voy a relatar los sueños que tuve con el genio de Gustavo Cerati Pero lo voy a realizar en forma de un relato largo.

El destino los unió por casualidad, de allí creció un amor inexplicable, Cerati estaba dispuesto a hacer todo con tal de permanecer "azulado", ella lo amaba con locura, tendrán que pasar por las trampas del amor para continuar juntos. #Cerati

Macarena, una mina de pocas palabras y que le da poca importancia a la vida, tiene como misión entregar a Gustavo a su suerte. Gustavo deja fluir todo y hace las cosas porque si. Estilos de vida parecidos pero a la vez muy diferentes, pero cuando sus mundos colicionen no volveran a ser los mismos, traicionando sus principios que habian guiado su vida, para que cambie de una forma que los dos no hubiesen pensado. "Todo podría terminar terriblemente mal pero este caso, había que resolverlo"

No te confundas, no sirve el rencor. Son espasmos después del adiós.

"Yo merezco lo que sueño. No sé qué tan espiritual podría considerarme en estos momentos pero no necesité prender inciensos ni hacer rituales de amor para atraerte. Estabas ahí, en mi santuario, como un sahumerio, dulce, divino."