Los prisioneros, 1985, Chile. Lucía Tapia era la hermana menor de Miguel, y la responsable también, que por mandados de "cabra chica" tuvo que recibir en su casa a ambos de sus amigos ilusionados con ser algo así como los Beatles, pero chilenos. Más tarde, conocería al morenito y flacuchento del Claudio, quien le cambió la idea de ser como The Beatles a ser como The Clash, y ahí es donde conectan gracias a la música y su vicio por ella... Y también gracias a lo malo que era él para la guitarra, que se pudo mejorar gracias a ella y sus lecciones.

ᴱˡˡᵃ ᵘˢᵒ́ ᵐⁱ ᶜᵃᵇᵉᶻᵃ ᶜᵒᵐᵒ ᵘⁿ ʳᵉᵛᵒ́ˡᵛᵉʳ‧

Catia Buhajeruk nunca pensó que su huida desesperada de Santa Fe la llevaría a un reencuentro con el hombre que juró odiar para siempre: Rodrigo Carrera. Él, con su actitud altanera y su mirada que parece desarmarla con un solo parpadeo, fue su primer amor... y también su mayor humillación. Años atrás, él se burló de sus sentimientos, y Catia nunca lo olvidó. Ahora, con el peso de los secretos que dejó atrás y un destino claro -la casa de su hermano Vani en Buenos Aires-, Catia tendrá que compartir el camino con Rodrigo, quien no parece dispuesto a dejarla sola. Entre peleas cargadas de resentimiento, miradas que dicen más de lo que deberían y momentos donde el peligro los acecha, ambos descubrirán que el odio y el deseo son dos caras de la misma moneda. Pero, ¿será suficiente el pasado para mantenerlos separados, o caerán irremediablemente en ese fuego que nunca se apagó? Una historia llena de tensión, lenguaje afilado y una química que arde a cada página.