Los juegos del hambre 66º
Estábamos los dos frente a frente, cara a cara. Sus ojos reflejaban una ferocidad casi felina. Acababa de despertar, no sabía muy bien que hacia ahí solo sabia una cosa, tenia que matarlo si quería regresar a casa.
Estábamos los dos frente a frente, cara a cara. Sus ojos reflejaban una ferocidad casi felina. Acababa de despertar, no sabía muy bien que hacia ahí solo sabia una cosa, tenia que matarlo si quería regresar a casa.