Su amor fue su pecado. Un destino más grande del que imaginaron. Fuego es para los vivos Agua traerá la muerte Aire es el conocimiento Tierra para el que nunca muere Éter es el poder del Universo Toda magia tiene un precio, ¿están dispuestos a pagarlo? Elizabeth Goletti lo tiene todo: es hermosa, talentosa, poderosa y está a punto de casarse con su primer amor y amigo de la infancia. ¿Qué puede salir mal? Sin embargo, entre sus responsabilidades y obligaciones, Beth siente que su vida es manejada por sus padres y por su mentor. Al menos, hasta que conoce a un simple panadero en un viaje a Venecia. La química y la atracción, son innegables, y el encuentro marcará su corazón. Más cuando descubre que él no es quien parece ser. ¿Podrá Beth seguir a su corazón mientras revela junto al desconocido las verdades que fueron ocultadas? Atrévete a adentrarte en una historia llena de magia elemental, un romance tan hermoso y tan épico que te hará querer vivirlo, y amigos tan preciosos que se convertirán en una familia cuyo único deseo es sobrevivir y llevar una vida tranquila lejos de aquel que busca controlarlos. Viaja a través del tiempo y descubre tu verdadero ser con esta increíble historia de fantasía oscura en cuyo nombre lleva su penitencia. Te aseguro que no te vas a arrepentir... ¿o sí?

Hace veinte años, en un reino nacido de la unión de todos los cuentos jamás contados, la Bella y la Bestia unieron sus corazones en sagrado matrimonio. Con el rugido de un nuevo amanecer, la Bestia fue coronado como el rey de los Estados Unidos de Auradon, una tierra donde la magia, la esperanza y los finales felices convivían en armonía. Mas no todos celebraron aquel nuevo orden. Temiendo que las sombras del pasado nublaran el brillante futuro, el rey decretó que todos los villanos, junto a sus secuaces y hechizos oscuros, fueran desterrados a una isla lejana: la Isla de los Perdidos. Rodeada por un hechizo impenetrable, sin magia, sin salida... y sin siquiera conexión a Wi-Fi, la isla fue sellada del resto del mundo. O al menos, eso era lo que todos creían...