Sirena y Bestia son los nombres clave que utilizan la teniente mexicana y el coronel ruso que se encuentran combatiendo el crimen en diferentes países. Ambos tienen mucho en común: la profesión que ejercen en la milicia, la edad, un pasado, la forma sádica en que terminan con la vida de alguien y la habilidad de utilizar cualquier tipo de armamento sin sentir miedo alguno. Mientras ella usa sus hermosos shurikens o alguna daga, él utiliza sus manos. Mientras ella luce como una auténtica belleza inocente nacida del océano, él parece una bestia creada en el peor de los avernos que al salir al mundo real te hechiza con su perfecto atractivo que grita una sola cosa y es extrema virilidad. Cada uno esconde sus crímenes tras el uniforme de un soldado y más pronto que nada terminan cruzando caminos cuando una petición de los Mandos Supremos de sus ejércitos los hace trabajar lado a lado provocando que una abismal lujuria los ate y esclavice haciéndolos caer en una deliciosa inmoralidad que desliza de sus pieles cada que comparten sus cuerpos. Lamentablemente su sentir es efímero pues el peligro los acecha y cuando creen que están llegando a la cúspide del operativo, caen duramente al suelo descubriendo que todo ha sido un vil engaño el cual los pone en peligro. OBRA REGISTRADA. PROHIBIDO EL PLAGIO.

Artie no volvió a ser el mismo desde que la guerra le arrebató la inocencia. Aislado en su propia tierra y atado al peso de una historia que no lo deja respirar, se ve obligado a viajar a Londres para negociar con aquel que representa todo lo que teme y todo lo que, en secreto, anhela: Félix, el soberano del Reino Unido. Allí lo espera un hombre astuto y encantador, capaz de sonreír con la misma facilidad con la que clava espinas. Lo que comienza como un frío encuentro diplomático pronto da paso a una danza tensa, marcada por silencios, rosas rojas y verdades que nadie se atreve a nombrar. Mientras el pasado sigue ardiendo bajo sus pies, y el presente tiembla con cada mirada, ambos deberán decidir si se permiten sanar o si seguirán destruyéndose en nombre de sus banderas. Porque a veces, hasta el amor puede ser un campo de batalla.

Nuestra historia no es la típica de hermanastros, no. En esas historias, su hermanastro no termina siendo su profesor. En esta sí. Por desgracia, soy alumna y hermanastra de Enzo Soler. Y eso no es lo peor. Voy a tener que vivir con él. Varios meses.