Ven. No te voy a mentir: este libro no te va a salvar. Pero si alguna vez sentiste que nadie escuchaba tus gritos, que el amor te dejó sangrando o que la vida te aplastó sin razón... entonces este infierno es tu casa. El evangelio de los condenados no es una historia. Es una maldición escrita con carne, culpa y memoria. Cada página es una cicatriz. Cada nombre, un fantasma. Cada relato, una confesión que nadie se atrevió a hacer en voz alta. Te invito a leer, pero con cuidado: Aquí, los que entran no siempre regresan. Y los que lo hacen, ya no son los mismos. Este evangelio es un compendio de confesiones oscuras, relatos malditos y memorias olvidadas. Cada episodio revela la historia de un alma rota: seres que buscaron redención en un mundo que solo les ofreció dolor, traición o silencio. No son santos, pero tampoco monstruos. Son los hijos del abandono, los herederos del fuego, los olvidados por sus padres, por sus dioses y por sí mismos. Narrado por Un servidor y Amigo Carlos Sánchez, el último condenado, este evangelio no busca salvar a nadie, sino exponer las heridas que nadie quiso ver. Es un testimonio de lo que ocurre cuando el amor no basta, cuando la justicia llega demasiado tarde, y cuando el único refugio es el eco de la propia voz. Este no es un evangelio de fe. Es uno de fuego, de sangre y de verdades que queman.