Una noche... solo una noche, para saciar ese sentimiento ardiente que había crecido entre dos enemigos. No era amor, no era odio... era esa chispa prohibida, ese roce de miradas que quemaba, esas palabras llenas de veneno que, en el fondo, pedían algo más. Y ahora, bajo la luz tenue, ninguno podía negarlo más.

Bassie, desde el inicio, recibió un papel que jamás debió ser suyo. Y aun así, se aferró a él con un orgullo silencioso, porque tenerlo significaba algo para ella. Sin embargo, dolía. Dolía ver cómo, una y otra vez, le recordaban todo lo que nunca podría ser. Delilah nunca la quiso como una Main. Bassie jamás cumpliría las expectativas que se esperaban de una. Y por eso, buscaban un reemplazo. Alguien mejor. Alguien independiente. Alguien que amara ayudar. Y ahí fue donde apareció aquella coneja de chocolate. Cocoa. Ella era todo lo que Bassie jamás podría alcanzar: fuerte, amable, con ese toque primaveral, dulce y siempre dispuesta a tender la mano a los demás. Todo lo que Bassie deseaba ser... pero nunca sería. Y al enterarse, Bassie supo que no podía permitirlo. No. Jamás.

──── 𝕾𝖕𝖗𝖔𝖚𝖙 𝖑𝖔𝖛𝖊𝖘 𝕬𝖘𝖙𝖗𝖔 // Astro loves Sprout ✧˖°. AND COSMO Astro y Sprout, dos chicos de casi 15 años, jamás imaginaron que terminarían a cargo de un bebé. Y no cualquier bebé... sino Cosmo, una criaturita adorable, chillona, y con una energía tan explosiva que parecía tener un sol en miniatura en el pañal. Durante un mes entero, ambos tendrían que actuar como sus padres. Cambiar pañales, preparar biberones, calmar berrinches a las 3 de la mañana... y sobrevivir en el intento. Sprout, siempre tan protector, se tomaba el rol muy en serio. Leía libros de crianza, preparaba comidas sanas (aunque Cosmo solo quería aplastar el puré con las manos), e intentaba mantener todo bajo control. Astro, en cambio, era más relajado... pero su ternura con el bebé era incomparable. Cosmo se calmaba solo con oír su voz o acurrucarse entre sus mantas. Aunque claro, no faltaban los momentos donde el agotamiento lo vencía y terminaba durmiéndose con el biberón en la mano. Entre vómitos sorpresa, llantos sin traducción y pañales de guerra... Sprout y Astro descubren algo que no esperaban: formar una familia, aunque temporal, los une más que nunca.

Looey estaba locamente enamorado de Sprout. No era solo atracción; era algo que lo consumía por dentro. Las hojas verde claro de Sprout, su piel roja y vibrante... cada pequeño detalle lo dejaba sin aliento. Cada vez que sus ojos se encontraban, el corazón de Looey daba un vuelco doloroso, como si por un momento se quedara colgando en el aire. Cuando estaba junto a él, el mundo parecía desmoronarse a su alrededor, pero al mismo tiempo, todo se sentía extrañamente en calma, como si Sprout fuera el único ancla que lo mantenía en pie.