¿Y si nada terminó con la pregunta? «¿Damián?, ¿quién es Damián?» Eso es lo último que Padme Gray recuerda, junto al hecho de que despertó de nuevo en su casa, en donde las cosas y las personas parecen estar en sus antiguos sitios. El retorcido pueblo de Asfil también parece el mismo. Solo que no, no lo es. ¿Qué sucedió? Que Padme ha despertado dentro del mismo día en el que toda su horrible historia empezó. Y tendrá que revivirlo. Pero hay un problema; todo está al revés: Lo que antes estaba mal, ahora está bien. Los secretos que estaban ocultos, ahora están a la vista. Lo que antes era seguro, ahora es un peligro. Aun así, todo apunta a que la historia está a punto de repetirse. A que todo va a volver a pasar. Y lo único cierto es que la misma Padme tendrá que enfrentarlo. Pero esta vez viéndose obligada a tomar distintas decisiones. A escoger un bando durante la batalla entre la luz y la oscuridad. Y más importante aún, a decidir entre lo que fue su secreto oscuro y perverso, o lo que será la única oportunidad de lograr su libertad. ©: Esta obra está protegida por derechos de autor (SAPI, VENEZUELA) así como bajo la protección de los derechos de su casa editorial. Cualquier copia no aprobada, plagio o divulgación física ilegal, será denunciada.

Todo comenzó con una muerte. La de mi abuela. Y con ella, una herencia que nadie pidió: una casa antigua, alejada del ruido... y demasiado cerca del otro lado un lado donde los muertos mandan. Cuando cruzamos su umbral, algo cambió. Las paredes respiraban. Los espejos devolvían reflejos que no eran nuestros. Y cada noche, la oscuridad parecía más espesa, más viva. Como si la casa estuviera esperando... por mí. Pensé que se trataba de duelo. Pensé que eran imaginaciones. Pero entonces empezaron las voces. Suplicaban. Gritaban. Lloraban. Me llamaban por mi nombre. Sabían quién era yo mucho antes de que yo misma lo supiera. Descubrí que mi familia no era solo sangre y recuerdos: era pacto y condena. Mi linaje estaba entrelazado con secretos ancestrales, con crímenes silenciados, con almas atrapadas en un ciclo de venganza. Lo peor no fue saber que estábamos malditos. Lo peor fue entender que yo era la llave. Que todo había sido planeado. Que desde antes de mi nacimiento, ya estaba escrita en una historia de muerte, fuego y oscuridad. "Me llamo Thamara, y esta es mi historia... La historia de cómo los muertos comenzaron a reclamarme, mientras yo-con uñas, miedo y el alma rota-luchaba por seguir viva." Ahora ellos me observan. Desde las sombras. Desde los rincones donde no llega la luz. Y no me van a dejar ir... No hasta que pague la deuda. No hasta que termine lo que comenzó hace generaciones. Me llamo Thamara... y esta no es solo una historia de terror. Es mi legado. Mi condena. Y quizás, si lees hasta el final, también sea la tuya.