Working as a research assistant during her first year of microbiology was definitely not part of Serafina's plans, much less under someone so insufferable and brutally uninterested in who's assisting her. What started as a great opportunity quickly turns into a minefield of awkward silences, sharp sarcasm, and a tension that isn't always academic. Between Petri dishes, badly brewed coffee, and experiments that never made it into any paper, Serafina and Marta will find out that even in the most controlled environments, some variables can't be predicted. Like falling for the last person you'd expect.

Un viaje,una tarde y una noche,un solo día, 24 horas. Con ese tiempo fue suficiente para enamorarse. Marta y Fina se conocerán de una forma singular,tendrán que pasar juntas a solas un día completo. Conforme transcurra el tiempo se darán cuenta que la atracción es inevitable. Pero será suficiente el tiempo para llegar a algo más que una simple aventura. Solo ellas dos tiene la respuesta.

Marta de la Reina - a famous filmmaker Fina - a talented actress When society makes you lead your life after a script, you might end up living in your own fake reality. Marta might understand this phrase better than anyone... and Fina? Fina will play a vital role in proving her the contrary.

Marta de la Reina no tiene su mejor noche, su amiga Luz la ha obligado a salir a las fiestas de su antiguo barrio, pero ella preferiría estar haciendo cualquier otra cosa... hasta que conoce a una misteriosa chica que hará que desee que esa noche no acabe nunca.

Fina y Marta se conocen desde siempre, entre ellas siempre ha existido algo especial. Fina lo sabe. Marta aún no quiere saberlo. Pero cuando Marta pague su dolor y frustración con quien menos lo merece, se romperá entre ellas la complicidad que habían empezado a construir. ¿Habrá lugar para segundas oportunidades y nuevos comienzos?

Marta De la Reina tiene un talento innato para dos cosas: mantener la compostura y acumular ansiedad en silencio. Psicóloga de emergencias, con una agenda demasiado ordenada, su vida transcurre entre cafés fríos, pacientes que lloran y unos turnos de locos. Todo bajo control. Hasta que aparece Fina Valero. Sanitaria de emergencias (o paramédica para algunos), caótica, divertida, con una habilidad preocupante para reírse de todo (incluso del desastre) y con unos pantalones de uniforme que no ayudan en absoluto a mantener la concentración. Lo suyo con Marta empieza siendo pura casualidad: emergencias, sonrisas, miradas, coincidencia, un perro, una cerveza. Pero el problema del azar es que a veces insiste. Entre mensajes absurdos, planes que no lo son, y una tensión que ninguna de las dos quiere nombrar, lo que parecía una amistad improbable empieza a convertirse en algo que escapa a las normas (y al sentido común). Porque hay cosas que no se planifican, emociones que no se racionalizan y personas que llegan justo cuando una creía tenerlo todo medido. Y, al final, quizá amar, o simplemente vivir, sea eso: entender la teoría del descontrol.

Esta es una historia de una mujer que tiene una empresa llamada Vino de la Reina que su padre es el dueño pero alguien de un amor pasado llegara en su vida aunque ella es una mujer casada su marido Jaime es doctor pero su matrimonio va muy mal pero con esa persona le cambiará por completo su vida llegará SU VINO EL AMOR

Marta y Fina trabajan en un hospital de Santa Pola, en 1958. Y pasan cosas.

Es 1967 y Marta está harta de ser aquella chiquilla religiosa a la cual todos molestan. Cansada de un Dios fingiendo oídos sordos, decide tomar sus propias riendas a escondidas: ¿Qué tan mal podría irle si recurriese al mismísimo Diablo? ¿Que tan rápido le oiría éste o mejor dicho esta? Era hora de guardar la biblia y encender las velas rojas. O Donde Marta vende su alma a la reina del inframundo como última opción en su desastrosa vida. Fina es la tonta diabla que cae enamorada de una -no tan simple- mundana. Adaptación Créditos a @BooDarkness

Marta escribe novelas eróticas en secreto y Fina dibuja planos con escuadra y alma de Excel. Viven puerta con puerta, comparten una terraza y, para su desgracia, pronto también los nervios. Entre discusiones por plantas, gatos descarados y alguna que otra toalla mal puesta, lo que empieza como una guerra fría de vecinas acaba convirtiéndose en un incendio emocional difícil de apagar.