Adonis | Marzo
Todo era extraño en el, desde su postura, hasta sus intimidantes ojos. Solía atraerme la forma en la que me miraba, como si yo no pudiera llegar a estar a su altura. Cuando hacíamos contacto físico me gruñía, se enojaba, pero no lo demostraba. Desaparecía, sin dejar rastro. Y nadie se preocupaba en decirle lo maleduca...