Organizada, amable y reservada. Tras sufrir una pérdida tan grande, Olivia debe lidiar con el dolor y el vacío que la consumen día a día, afectando no solo su vida personal, sino también su trabajo. Como escritora de novelas románticas, la ironía no podía ser mayor: el romance es lo que menos abunda en su vida. Sin embargo, cuando su mejor amiga le propone un fin de semana en una isla, quizá tenga la oportunidad de despejar la mente y, con suerte, reencontrar esa chispa que creía apagada y poder conservar su trabajo. Serio, responsable y entregado, Cassian ha dedicado gran parte de su vida a cuidar de su familia y a disfrutar de su pasión como fotógrafo. Pero la traición es algo para lo que jamás estuvo preparado, y mucho menos cuando proviene de su ahora exnovia, quien está a punto de casarse con otro. La rabia y el desconsuelo los llevan a cruzar caminos, un camino que ninguno de los dos estaba listo para recibir compañía.

Matt Woods siempre ha deseado ser el hijo del que pudieran estar orgullosos, pero la vida, a veces, da tantas vueltas que ya no quedan ganas de intentarlo, y solo puedes quedar atrapado en ese círculo de fracaso e intentos fallidos por destacar. Mientras la monotonía abrumaba sus días, Matt trataba con todas sus fuerzas de llenar ese vacío, aunque fuera con un poco de caos, rozando la autodestrucción. A veces no medimos bien las consecuencias y podemos estrellarnos con la vida de otros. Eso fue lo que Matt entendió cuando una chica de cabello negro y rostro cansado se cruzó en su camino, en aquel accidente. Aria Forge, de pequeña, aprendió que la vida es injusta, que no puedes esperar a que te salven y, mucho menos, que te entiendan. Crecer en el caos te puede enseñar cosas, pero también te arrebata la oportunidad de arriesgarte a perseguir lo que amas. No esperaba que ese toque de caos la salvara de morir y, mucho menos, que los problemas tuvieran ojos verdes y una sonrisa burlona.