Layla vive en la isla de Poettlea, el territorio menos valorado de Verselias, su mundo. El padre de Layla murió cuando ella era pequeña y ahora vive con su madre, una mujer distante y fría que a penas se preocupa por su hija y su gata, Cassiela, un hermoso felino que estuvo con ella desde lo que su cerebro era capaz de recordar. Todo cambia cuando el día de su cumpleaños número 17, después de volver de la escuela, su madre había desaparecido y un hermoso galán, Kai, Soberano de Shnevinia, viene para llevarla a lo que se convertirá su nuevo hogar. Layla conoce allí a Sahara, Bernard y Dain, jóvenes que experimentaron experiencias similares a las suyas y con los que intentarán desmantelar las intenciones de Lucelia, la ciudad de los cielos donde habitaban los mayores soberanos de toda Verselias mientras que su enemistad con Dain se transforma en una hermosa y floreciente amistad. O incluso algo más.