InesAr9
-¡TE LO JURO, FINN, LO VI! -grité, casi sin aire-. ¡LO VI! ¡ÉL ESTÁ VIVO, MALDITA SEA! ¡ME HABLÓ, FINN, ME HABLÓ!
Finn se giró tan rápido que pensé que me golpearía con la mirada sola.
-¡ESTEPHANIA, CÁLLATE! -bramó-.
¡ESTÁ MUERTO! ¿ENTIENDES? ¡MUERTO! Y LOS MUERTOS NO HABLAN, JODER, NO HABLAN!
Su respiración era dura. La mía, temblorosa. Y entre nosotros, el nombre de aquel muerto seguía colgando.