Después del último juego, Gi-hun e In-ho despiertan en un mundo donde son solo personajes de una serie. Pero... ¿y si se encontraran con sus versiones reales? Dos versiones. Cuatro rostros. Una verdad que nadie escribió, pero todos merecen sentir.

Si tú también sentiste que el final de Squid Game te rompió el corazón... esta historia es para ti. Aquí no hay despedidas eternas, solo reencuentros que curan. Te invito a leer el final que Gi-hun e In-ho merecían. Uno donde, pese al dolor, el amor encuentra su lugar. Sanemos juntas, palabra a palabra, abrazo a abrazo. Porque en mi mundo, el amor no muere... florece. Creditos de el Fanart de la portada a quien corresponda (doy creditos)

𝗧𝗮𝗲-𝗼𝗵, 𝘀𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲 𝘀𝘂𝗽𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗷𝘂𝗲𝗴𝗼𝘀, 𝗱𝗲𝗯𝗶𝗱𝗼 𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝘂 𝗽𝗮𝗱𝗿𝗲 𝘀𝗲 𝗵𝗮𝗯𝗶𝗮 𝘃𝘂𝗲𝗹𝘁𝗼 𝗲𝗹 𝗹𝗶𝗱𝗲𝗿 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗷𝘂𝗲𝗴𝗼𝘀, 𝗵𝗮𝗰𝗶𝗲𝗻𝗱𝗼𝗹𝗼 𝗮 𝗲𝗹 𝘂𝗻 𝗴𝘂𝗮𝗿𝗱𝗶𝗮. 𝗘𝗹 𝗰𝗿𝗲𝗮𝗱𝗼𝗿 𝗮𝗻𝘁𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗺𝗼𝗿𝗶𝗿 𝗹𝗲𝘀 𝗱𝗶𝗷𝗼 𝗮 𝗽𝗮𝗱𝗿𝗲 𝗲 𝗵𝗶𝗷𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲 𝗹𝗼 𝗺𝗲𝗷𝗼𝗿 𝘀𝗲𝗿𝗶𝗮 𝗷𝘂𝗴𝗮𝗿 𝗹𝗼𝘀 𝗷𝘂𝗲𝗴𝗼𝘀, 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘃𝗲𝗿 𝗲𝗹 𝗼𝘁𝗿𝗼 𝗹𝗮𝗱𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗺𝗼𝗻𝗲𝗱𝗮. 𝗬 𝘁𝗿𝗮𝘀 𝘀𝘂 𝗺𝘂𝗲𝗿𝘁𝗲 𝗲𝗹 𝗷𝗼𝘃𝗲𝗻 𝗱𝗲𝗰𝗶𝗱𝗶𝗼 𝗲𝗻𝘁𝗿𝗮𝗿, 𝘀𝗶𝗻 𝗮𝘃𝗶𝘀𝗮𝗿𝗹𝗲 𝗮 𝗻𝗮𝗱𝗶𝗲. 𝗬 𝗲𝗻 𝘂𝗻 𝗷𝘂𝗲𝗴𝗼 𝗮 𝗽𝘂𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗽𝗲𝗿𝗱𝗲𝗿, 𝗮𝗹𝗴𝘂𝗶𝗲𝗻 𝗹𝗼 𝘀𝗮𝗹𝘃𝗼 𝗱𝗲 𝗻𝗼 𝘀𝗲𝗿 𝗱𝗶𝘀𝗽𝗮𝗿𝗮𝗱𝗼; 𝗲𝘀𝗲 𝗮𝗹𝗴𝘂𝗶𝗲𝗻? 𝗲𝗹 𝗷𝘂𝗴𝗮𝗱𝗼𝗿 333.

Estefanía Rojas creyó haberlo perdido todo cuando su esposo, In-ho, desapareció sin dejar rastro. Un amor perfecto se convirtió en incertidumbre y rencor, sin que ella supiera que él ahora era el líder de los juegos más despiadados. Pero el destino no había terminado con ellos. Sin sospecharlo, Estefanía terminará en el mismo lugar que arrancó a su esposo de su vida. Ahora, en un juego de vida o muerte, se enfrentarán cara a cara, atrapados entre el pasado, el peligro y un amor que nunca dejó de arder.

En un mundo donde la vida se apuesta a muerte, un omega entra a los juegos cargando un secreto... y una vida por nacer. Gi-hun no sabe que el líder que observa desde las sombras es el alfa con quien, sin saberlo, concibió a su hija. Y quien prometió protegerlos.